The Witch (bilingual)
Categories: Latin American Narrative
The Witch I
Like a heretic theologian in a lost country in Central Europe weaving the brilliant tapestries of a gnostic religion, stubbornly composing manuscripts in a little shack, without disciples, besieged by ex-companions now converted to Ariusisism, who bless themselves when passing in front of my door
How can you fight generalized opinions that really form the law. Besides, you don’t have a craving for fighting, when you see the others stroll with dignity in the corridors, well fed, well-dressed, lighting up the eyes of successful men
—Or walk downtown streets, with styled hair and tailored suits, muttering as one leg chafes against the other. Fair complexion and gestures voluptuous (but nevertheless polite), while they wait to be invited to candlelight dinners, by young executives who enjoy popular sports. The women want to find the fit man, the right man, whom they will one day marry
—All those advantages crammed like young girls looking in the window towards the interior of our studies, calling us to go out, while we are busy writing or reading a treatise of criticism. And suddenly all of that is hung in the closet like a suit with baggy knees and elbows, a bit tight at the waist […]
Como un teólogo herético en un país perdido de la Europa Central, desflecando la brillante tejeduría de una religión gnóstica, aperrado redactando manuscritos en una casita, ya sin discípulos, cercado por los ex-compañeros y ahora conversos al arrianismo, que se persignan al pasar frente a mi puerta
Qué puede uno contra la opinión generalizada que en realidad es la que compone la ley. Besides, si ya no se tienen ganas de luchar y ver a los demás pasearse con sosiego por los pasillos, bien comidos y bien trajeados, haciendo brillar la mirada tranquila de los hombres con éxito
O por las calles céntricas, el pelo cortado y los trajes de confección susurrando al roce de una pierna contra otra. La cara tersa y los ademanes voluptuosos y sin embargo finos, mientras esperan ser invitados a cenas con candelabros por jóvenes ejecutivos que son buenos deportistas. Ellas esperan encontrar al hombre adecuado, the right guy, con el que aún podrán llegar a desposarse
Todas esas ventajas se agolpaban como niñas jóvenes que miraran por la ventana hacia el interior de nuestro estudio, incitándonos a salir, mientras estamos ocupados escribiendo o leyendo un tratado de crítica. Y repentinamente se cuelga todo eso como un traje que ya tiene rodilleras y coderas y aprieta un poco en la cintura […]