Teatro: Una pareja; Una foto…?; Último premio; Concierto de aniversario; Sueños de náufrago; Y el mundo vendrá

Hace un tiempo alguien me preguntó qué tenían en común mis obras. Después de contestar, con vergüenza que no sabía, las releí para ver si encontraba respuesta a esa pregunta, que desde entonces trato de hacerme permanentemente. Puedo decir, ahora, que en todas mis obras aparece, además del humor, el conflicto entre los afectos y los “grandes” proyectos, entre el deseo y los deberes impuestos culturalmente, los que llevados a sus últimas instancias, suelen impulsar al hombre a la insensibilidad, la intolerancia y la crueldad con quienes tiene más cerca (muchas veces, paradójicamente, en nombre de “los más puros ideales”). Y es gracias a haber descubierto, en esta relación cotidiana con mi obra, cuales son las cosas que más me conmueven, que hoy creo en la necesidad de revalorizar los afectos, de priorizar los vínculos más cercanos, de “ver al otro y trabajar para nosotros”, como caminos indispensables para el reencuentro comprensivo y solidario.