Poesía junta (1941-1966)

Guillermo Díaz-Plaja es amplia y ventajosamente conocido en el mundo hispánico como crítico, ensayista e historiador de la literatura. Pero ¿se ha reparado suficientemente en su personalidad de poeta? Y, sin embargo, Díaz-Plaja es autor de una docena de libros líricos, capaces por sí solos de asegurarle un lugar de primer plano en el Parnaso más exigente. Son los que aparecen aquí, bajo el título de Poesía Junta (1941-1966).

Van desde el Primer cuaderno de sonetos —impecables formalmente y llenos de sentimiento—, hasta el delicioso Zoo final —donde hay perfiles tan agudos que recuerdan los de Jules Renard—, pasando por las Elegías de Granada, Intimidad, Poesía — en que lo familiar cotidiano resurge con nuevas luces— y El arco bajo las estrellas —itinerario de una peregrinación conciliar a Campostela. En todos ellos el autor hace alarde de una técnica consumada y una inspiración siempre en vigilia frente a los más variados marcos y paisajes, según se advierte en La soledad caminante. En el conjunto de su vastísima producción esta Poesía junta senala una cumbre de belleza pura, un alto de serenidad. Dentro de esas habituales nóminas de poetas representativos sería una injusticia notoria no incluir en lo sucesivo el nombre de Guillermo Díaz-Plaja. (Guillermo de Torre)