La prosa: modalidades y usos
Categories: Literary Criticism
Una vez G. K. Chesterton ascendió a una colina caliza, en Sussex, con el propósito de pintar. Llevaba papel y seis Tizas de colores pero cuando fue a pintar notó que se había olvidado de lo esencial: la tiza blanca. ¡Ah, si tuviera siquiera un pedacito de tiza blanca! Y de pronto rompió a reír a carcajadas: acababa de descubrir que estaba sentado sobre un inmenso depósito de tiza blanca. Quebró un trocito de la roca en que estaba sentado y se puso a dibujar. Esta anécdota de Chesterton -“A piece of chalk”, en Tremendous trifles, 1909— podría servir como parábola del lector nuestro que, insatisfecho de generalidades y especulaciones, clama que no ve nada y reclama que le pongamos frente a los ojos un concreto muestrario de textos de prosa. Que ese lector mire mejor la materia y el material de este libro: verá que no sólo trata sobre la prosa; también es prosa. El lector se ha asentado en una prosa como Chesterton se sentó sobre una tiza. ¿Desea comprobar si tal o cual característica subrayada por la teoría de la prosa de veras es esencial en la práctica de la prosa? Pues… todo lo que tiene que hacer es buscaría en la prosa que ahora mismo está leyendo. Aquí está… Nuestro discurso sobre la prosa, éste, sí, este que ahora mismo el lector tiene bajo sus ojos, está escrito con una prosa discursiva (si bien a veces se carga de elocuencia o vuela en metáforas).