La pareja científica y otros sainetes
Categories: Spanish Peninsular Theatre
Del sainete a la tragedia grotesca: Carlos Arniches fue pronto figura destacada para el público. Sus primeros estrenos en Apolo —la vieja «catedral»— constituyeron, muchos de ellos, éxitos resonantes. (Ya hemos recordado, anteriormente, algunos títulos de estas producciones iniciales.) Pero esta popularidad no siempre fue acompañada de la debida valoración literaria. Acaso por ello sorprendió más que, en cierta ocasión, Valle-Inclán dijese que Alma de Dios era su obra teatral preferida de aquel tiempo.
Inicialmente, Arniches se desenvuelve en la órbita del «género chico», con lo cual entronca con una línea teatral españolísima y de ilustre tradición —pasos y entremeses de la Edad de Oro, sainetes del siglo xviii…— a la cual ya hemos hecho referencia. Escribe entonces sainetes, u obras asainetadas, solo o en colaboración con otros autores, con música o sin ella… Títulos destacados de esta primera manera son El cabo primero (1895), en colaboración con Celso Lucio; El Santo de la Isidra, La Fiesta de San Antón (1898), La cara de Dios, Alma de Dios (1907) —en colaboración con Enrique García Álvarez—; El amigo Melquiades (1914)…
En otras obras suyas, se aleja del sentido costumbrista para buscar, sin más, lo puramente bufo. Y en este género —El terrible Pérez (1903), El pollo Tejada (1906)… ambas en colaboración con García Álvarez— deja expresivas muestras de ese tipo tan nuestro que es el «fresco», y que se nos aparece como un descendiente, pero con buen corazón en el fondo, de los pícaros del siglo xvii. («Este personaje imprescindible de las obras bufas –no es sino supervivencia del pícaro»…).