La palabra
Categories: Latin American Narrative
“La palabra”, con un dulce humorismo burlón, narra la vida de los emigrados argentinos en Ottawa y la de Ricardo I. Palmatieri, un exiliado que lleva una vida llena de obligaciones y rutinas profesionales que lo hacen sentir pleno y respetado. El pasado evocado aparece como una prueba de su desarraigo y le trae a la memoria una vida que parece más auténtica que está perdida en un espejismo de éxito (…www.derf.com.ar, [Agencia Federal de Noticias], “Pabro Urbanyi presenta 2 nuevos libros”, 29 abr 2013,)
La última novela de Pablo Urbanyi no es recomendable para los arribistas ni los amantes de una vida social intensa pero vacía; tampoco a aquellos que compran libros premiados o de autores publicitados hasta la saturación, ni a los que creen que ciertos diplomas engendran real saber o humanidad. La palabra (Catálogos, Buenos Aires, 2013) es una historia bien urdida y desarrollada, en una catarata de humor e ironía, de observaciones acotadas en máximas lúcidas y que fluye en un lenguaje sin artilugios contra la acelerada producción de “cultura” y conductas idiotas. Urbanyi nos cuenta la historia de un profesor argentino que revisa su vida: quiere recuperar sus proyectos, sus sueños.
El personaje, más que persona, es maestro en el manejo de expresiones gerundias, alusiones trilladas, ricos lugares comunes que salpimientan un discurso seudo académico que asume como un traje, cortado y cosido a sus medidas en el que, como en su existencia, se empantana.
Su vida familiar, aumenta su estado de ánimo laxo y de trabajo forzado, sobre todo el snobismo, frialdad y cálculo de su mujer cuyas ambiciones, pedestres, ridiculizadas por cada intervención de un amigo, el Hungarito, un ser con tres lenguas que sueltan toxina a presión ante tanta vacuidad. Este confidente, compañero de cervezas, un aguanta todas las quejas del Ilustre, como llama al profesor, reflexiona en voz alta, opina y desbarata sus temáticas con réplicas mordaces, agudas y ácidas.
El protagonista, parece tener una vida llena –que no plena- de compromisos académicos y sociales, arquetipo de una estimadísima forma de vida: el success. La relación humana y la amistad aparece sólo en sus entreveros con el Hungarito que ironiza sobre su capacidad mimética y enajenada de lo que cree la vida, el éxito y la fama, con pretensiones de perdurabilidad.
Pero la insobornable humanidad de Urbanyi aparece, como otras veces, en el intento de rescate del personaje que no desea que la historia de su vida pase inadvertida ni como un modelo de lo que quiso ser pero no pudo. Tal vez las circunstancias tengan su parte en ese destino de ser un personaje o ser humano superfluo al que le faltó amor e inspiración para vivir, quizás, eso que llamamos patria. En ciertos momentos, el profesor aparece como un ser angustiado pero incapaz de sobreponerse a sus deseos. Pero también hay también personajes que escapan a una vida alienada y que conservan formas de existencia auténticas por su devenir y su coraje y que afrontan su realidad sin falsas conciencias ni disculpas
Mirada ríspida, objetiva, sin concesiones ésta que nos entrega Urbanyi sobre la vaciedad, el arribismo, la simulación social de los seres de ese universo en el que la enajenación reina casi sin contrapeso.
¿Cómo es posible engañar tanto, a tantos y durante tanto tiempo? Urbanyi no ha vacilado en mostrar una vida desperdiciada con ironía letal. Palmatieri olvidó la frase feroz de Borges: tanta soberbia el hombre y no sirve más que para juntar moscas.
El profesor desea regresar a la Argentina, un mundo que ha idealizado, que debió abandonar. Pero volver sería tal vez peor, porque ese mundo ya vivido en el que tantos sueños tampoco fueron realidad, ha cambiado y el retorno sería otra decepción; sin embargo, allá tuvo un gesto, una palabra auténtica, una actitud, que quiere revivir para saber quién es porque, por no usar la palabra, e irse en enajenamientos y autoengaños, quedó entre la realidad y la ficción. (Fuente: Fernando Veas para Mercado para www.ahoraeducacion.com | pablo-urbanyi.org/blog/)