Imagen histórica de la fotografía en México

Introducción: La objetividad de la fotografía — al igual que la de otras fuentes y recursos de los que se vale la investigación social— está circunscrita a los intereses de clase de quien la realiza y precisamente la subjetividad del fotógrafo le imprime su sello característico a la obra.

La fotografía detiene el tiempo, plasma y trasmite una imagen con el propósito personal, la intención comercial e incluso la del artista que ve en la expresión fotográfica una forma de manifestación plástica. Todas y cada una traen consigo la carga de influencia socioeconómica del autor.

Aquella foto que ilustra e informa gráficamente del hecho cotidiano y convierte lo diario y común en trascendente, o el momento que capta una lente oportuna, tendrá intención significativa en tanto que preserva fuentes invaluables del acontecer histórico de un pueblo.

A nuestro juicio, no existen fotografías inocentes. No las hay tampoco involuntarias, todas implican un compromiso por parte del autor y reflejan el medio al que pertenece quien las realiza, tanto como el ámbito que rechaza o admira, desde los daguerrotipos decimonónicos pasando por las más extremas muestras contemporáneas de un esteticismo depurado, hasta llegar a una fotografía plenamente involucrada que ilustra y denuncia condiciones de vida, intenciones y preocupaciones.

De forma consciente o inconsciente, el fotógrafo participa activamente de su momento histórico pero, sobre todo, contribuye a legar un testimonio del proceso que le toca vivir.

De allí parte el investigador para elaborar su discurso social, tomando la fotografía como un dato potencial que maneja, organiza y hasta exprime para su información.

Entendiendo la fotografía como parte de un patrimonio socio-cultural que unifica, delata o contraviene conceptos históricos de un pueblo, la preocupación de su persistencia y el interés en salvaguardar y conservar este tipo de testimonios históricos, han incitado al Instituto Nacional de Antropología e Historia a realizar una investigación sobre la fotografía en México.

Hacer la historia de la fotografía en México no es tarea fácil. Este libro muestra, de manera modesta, los primeros esfuerzos cuyo propósito ulterior es una labor mucho más compleja y definitiva.

Sin embargo, el valor de este primer esfuerzo estriba quizá en el propósito de buscar y rebuscar en viejos archivos familiares (en los que de cierta manera el hombre descubre sus raíces por esta necesidad de conocer su origen y continuarse); andar tras el rastro de los documentos conservados en viejos cajones empolvados o en gavetas cansadas por el tiempo y por el tedio burocrático de tantas oficinas públicas, donde una foto, o muchas, pudieran contribuir de alguna manera a desentrañar nuestro pasado. [Eugenia Meyer].