Esta noche juntos, amándonos tanto
Categories: Latin American Theatre
Esta edición constituye un testimonio de admiración y afecto hacia Maruxa Vilalta, una mujer de extraordinaria actividad polifacética, en el periodismo, en la televisión, en el teatro, en las letras. Implícita va en ella nuestra gratitud por su invariable y sostenido estímulo en su tarea de información y crítica para la Casa de la Paz y para el intercambio que realiza OPIC con otros pueblos del mundo. Nunca exagero en sus versiones por favorecemos, pero jamás olvido ese breve escenario de las calles de Cozumel donde la creación estética y la cultura de otros pueblos han encontrado hospitalidad y aplauso. Si esta expresión pública de reconocimiento es merecida, justa y veraz, no se ha inspirado en ella nuestra decisión, sino en el valor intrínseco de una pieza dramática, realizada con el estricto plasma del diálogo, para proyectar la sórdida ruindad del egoísmo, la numerosa teratología de la hostilidad, que si en la presente obra sólo se refiere a una pareja solitaria y morbosa, pinta un mundo que lo mismo atañe a la soledad que a sectores sociales, ciudades y aun países corroídos por la negación circular hacia todo y hacia todos. En el transcurso del drama, la reiteración es deliberada y en momentos es elocuencia por vía de exageración, pues si hurga en la intervivencia dual que es el mínimo familiar, en verdad alude a épocas o sectores que han ido cortando su comunicación con la especie, para gozar después con el fracaso, la ruina y el padecimiento de los demás. Esas expresiones monstruosas pertenecen a la realidad. No hay que alarmarse. El sobresalto nos sacude porque resulta casi imposible fijar la línea limítrofe entre la realidad y la paranoia; o sea la natural consecuencia del aislamiento o la locura distribuida en la vida cotidiana. Es ésta una dolorosa radiografía de la disidencia en un cotejo conyugal, un diálogo de máscaras, divorciadas tal vez desde antes de las nupcias. Y es ahora cuando el espectador descubre que el verso de López Velarde “El amor amoroso de las parejas pares”, no es logogrifo ni juego de palabras, porque Casimiro y Rosalía son una pareja impar. Nadie puede negar que están allí, vinculados y ungidos, pero menos podrá negarse que se odian, se mienten y que en la violencia que ejercen con los demás, sólo existe la mutua repugnancia que se profesan. Después de repasar el diálogo, podrá reconocerse que la convivencia de estas dos sombras es su propio castigo y que la intención de Maruxa ha quedado cumplida. [Miguel Álvarez Acosta Director General del OPIC].