El extraño

Noticia: Tal vez extrañe no encontrar en estos poemas ninguna palabra dedicada a acontecimientos concretos. Para Irma Cuna, el acontecimiento tiene lugar en el repliegue de las sensaciones, en la memoria y en la extrañeza de vivir “cuando transitan por su cuerpo los hermanos desentendidos” o se siente “el corazón perdido entre las hojas”.

Este canto desentonará entre los acentos vanos de la poesía oportunista. Es la esencialidad su búsqueda y no se detiene ante las tentaciones de una difundida vocalización poética. El “diálogo con su propio corazón” no es sólo costumbre de una comunidad de alto nivel cultural, sino una consigna, una actitud indagadora y solidaria. Aunque no manifieste la anécdota o la exprese sabiamente ante la necesidad de trascender, toma conciencia de los días sin perder su ubicación real, animada por el contacto de un mundo sin artificios: “Sacudo mis señales, / como la llovizna”. ¿Puede olvidar su condición quién dice, que la piel es “una llamarada cenicienta sobre el filo del aire”? ¿Puede doblegarse frente a un deber esencial quien confiesa: “al pie de tu penumbra me he quedado, / desnuda en mi, / silencio de tu trueno”? ¿Y proponer, desprendida de posturas ambiciosas: “Te devuelvo la infancia para todo el goce abierto”?

¡Goce abierto, llamarada, trueno, horizontes y espejismos, como todo lo que denuncia la vida del hombre “extraño”, que sin embargo no ha logrado liberarse todavía de ostentaciones y angustias!

Ante tanta poesía que se olvida por su inconsistencia y su pasajero brillo Irma Cuna deja entrever “nuestro dedo de sombra en el desierto”. No es para que el poeta quede atrás de la realidad, sino para adelantarse a ella y revelar la posibilidad de un mundo habitable, compartido, en el que la poesía no sea un compromiso retórico, sino su recreación en un acto de amor profundo y universal. A partir de ese momento se hace más tensa y apremiante la afirmación de Irma Cuna: “Y en vez de discutir si la palabra es válida / habrá que preguntar si el hombre es válido”. (Alberto Luis Ponzo).