El dolor paraguayo
Categories: Latin American Essay
Biblioteca Ayacucho es uno de los sucesos editoriales de mayor trascendencia en el ámbito cultural latinoamericano. Desde su creación en 1974, ha venido fortaleciendo su propósito fundamental: mantener en permanente actualidad las obras clásicas de la producción intelectual del continente, desde los tiempos prehispánicos hasta las expresiones más destacadas del presente.
Esta institución adscrita al Ministerio del Poder Popular para la Cultura, orienta su atención hacia un vínculo con el pasado cultural, examinado desde la perspectiva contemporánea, para registrarlo en un amplio repertorio bibliográfico que evidencia la relación profunda de los pueblos de América Latina a través de su creación artística y literaria, creencias, tradiciones y pensamiento.
Biblioteca Ayacucho asume la misión de asegurar el cabal cumplimiento de un proyecto editorial que garantice la preservación y difusión de la memoria de esta América, poniendo a disposición de los diferentes públicos lectores, en diversas colecciones y formatos, una mirada rigurosa y exhaustiva sobre un sentido posible del continente.
Juan Montalvo (Ecuador, 1832-Francia, 1889) alcanzó la culminación de su formidable talento de polemista político en sus Catilinarias (1880-1882) dirigidas contra el general Veintemilla, y en las que se presenta el mismo espíritu liberal aunque con mayor virulencia que en sus campañas contra el dictador García Moreno. Recogidas en sus diarios personales: El Cosmopolita (publicado entre 1866 y 1869) y El Regenerador (publicado entre 1876 y 1878), sus mejores páginas se han reunido en esta edición. Su dominio del idioma y la vigencia de muchos de los principios que defiende hasta la exalta-ción mantienen incólume el atractivo de estos textos, no obstante la desaparición de las circunstancias históricas que los motivaron.
Rafael Barrett (1876 -1910) “fue hombre de pensamiento, de sentimiento y de acción. Hombre bueno, honrado y heroico, huésped de un país extranjero, adoptó su “dolor” y su “yo acuso”, si cabe más valiente que el otro. Y como escritor, produciendo en las más tristes e inverosímiles condiciones, en el torbellino del periodismo diario, sin tiempo, sin salud, , supo dar a sus producciones una densidad intelectual tan fuerte, y al mismo tiempo un calor tan poderoso de humanidad, que ha conseguido sintetizar una de las más puras y bien ligadas aleaciones de inteligencia y de sentimiento”. (Carlos Vaz Ferreira)