El cuento chileno 1864-1920

El Cuento Chileno (1864-1920): El lector que se acerca a las ricas manifestaciones actuales del cuento hispanoamericano ha de saber que con éste ocurre lo mismo que con la novela: tardía configuración, lo que explica la indeterminación de su historia hasta años recientes. Si de la novela ibero- americana podemos afirmar que nace en 1816 con la primera obra extensa de J. J. Fernández de Lizardi —El Periquillo Sarniento—, las fechas iniciales del relato breve, constituido cabalmente como cuento, han de atrasarse hasta casi los términos del siglo XIX en la etapa en que naturalismo y modernismo, muchas veces aliados, daban sus creaciones más afortunadas. Es decir, entre 1880 y 1910.

No es impropio anotar en estas líneas preliminares que el ejercicio fecundo de modernismo y naturalismo dejó una huella que hoy estimamos como inapreciable para el futuro de nuestras literaturas: la sabiduría formal, la cautela ordenadora de la creación literaria y, por otra parte, la ejemplaridad de una visión siempre crítica y revisora. Es decir, ese rasgo distintivo de nuestra narrativa —formas extensas y formas breves—, desde sus orígenes, que es la suma de la búsqueda de una imagen del hombre nuestro y la condena de los aspectos negativos o malignos de la sociedad en que él se desplaza, en la que se anula y desaparece o logra expresión.

Si la lección preciosista y cosmopolita del modernis­mo a la larga repugno al modo de fantasía hispánica que prefirieron los seguidores de la fórmula mundonovista, se salvó en cambio, con entereza, la mejor… [Juan Loveluck].