El amor todo locura

«Las fantasías de Martha Berlín me impresionan ante todo por lo originales, me proponían imágenes y sonidos inesperados y sobre todo desconocidos. Pasados algunos días de la lectura las fantasías me siguieron acompañando, sobreponiéndose a lecturas posteriores de otros autores, y hasta empezaron a mezclarse con fantasías mías, antiguas y conocidas de sobra: me invadieron. Tengo dos explicaciones muy diferentes para lo ocurrido, o Martha Berlín descubrió un hondísimo subsuelo imaginario común a toda una generación y a un país, o su fuerza de narradora consigue que una visión personalísima de las cosas me tome por asalto y ulteriormente nos pueble.» (Manuel Puig)