Dawson: poemas escritos en el Campo de Concentración de la Isla Dawson Sept. 1973-Sept. 1974
Categories: Latin American Poetry
UN CRONISTA DEL HORROR: Quizás si las antiguas generaciones chilenas tuvieron por hábito regocijarse críticamente, con un verbalismo digno, de las condiciones de la sociedad, de sus vicios y contradicciones, apelando a soluciones que de alguna manera se constituían en pausas solidarias, en opiniones que suponían riesgos relativos. La promoción que se ha formado en los días largos de la dictadura siente que le han escamoteado la vida, sometiéndola a un modelo de existencia que, para decir lo menos, le parece repugnante, mendaz, y obscena. Y por ello, ya está saltando a la liza, con el fin de que el callar no sea su signo; ni la complicidad, su hoja de antecedentes.
Aristóteles España (“qué habrá sido de Españita, a quien torturaban en Dawson, por los días en que nos humillaban a nosotros, los adultos?”, me preguntaba un viejo socialista, en la oficina de un semanario de Tel Aviv, en Israel, hace poco tiempo) ha vivido, desde los diecisiete años, una odisea, la noción del odio ciego de los tena- ces torturadores, de los out-siders que hoy son, por una extraña ironía, los guardadores de la ley.
Creo que este libro suyo tiene no sólo el valor testimonial, la duplicación verbal de una experiencia del mundo de la sevicia y de la vesania, sino que aspira a buscar la forma de inmortalizar a los crápulas, de preparar los círculos de su particular infierno para que en ellos permanezcan acusadores los valores del horror, de la maldad, de la desvergüenza, y así los asesinos no desaparezcan de la memoria colectiva.
Jamais oublier!, gritaban los judíos que salvaron de Auschwitz o de Dachau. Aristóteles España nos prolonga ese grito, porque él y muchos de nuestros amigos han venido siendo los judíos de este sistema maligno y corrupto.
¡Hasta la victoria, compañero! (Alfonso Calderón)