Comentarios reales
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La índole amable y generosa del cronista Garcilaso quedó patente en todos los hechos de su vida y todos los rasgos de su pluma, sin que pasen de la categoría de despropósitos y vanas cavilosidades las acusaciones del pretenso plagio que contra su evidentísima honradez literaria se formularon hace poco, según tuve la dicha de demostrarlo por dos veces. La influencia y autoridad de sus Comentarios en la historia peruana, fue durante doscientos años omnímoda, y por tanto excesiva; pues eclipsó y relegó las primitivas fuentes a que en sana crítica debe atenderse de preferencia. Mas, a mediados del siglo xix, la reacción que era de esperar y aun desear, en vez de contenerse dentro de los límites de la serenidad y justicia indispensables en las investigaciones científicas, vino tan extremosa, desmandada y revuelta que se ha hecho urgente obligación salirle al encuentro y combatir sus inicuas demasías. No he de repetir, ni siquiera resumir aquí, señores, lo que largamente expuse en otra parte, porque no quiero fatigaros más; pero séame lícito recordar que, en vista de nuestras defensas, D. Marcelino Menéndez Pelayo, universal y supremo maestro de cuantos escudriñamos los anales de la literatura castellana, templó mucho el insólito rigor de sus juicios en su definitiva Historia de la poesía Hispanoamericana, y aun más terminantemente reconoció y rectificó sus exageraciones en carta particular con que me favoreció pocos meses antes de morir.40
La rehabilitación de los Comentarios Reales se consolida más cada día. Resulta ahora, en efecto, para escarmiento ejemplar de noveleros y pedantes, que de los estudios de los doctos peruanistas Max Uhle y Philip Means se desprende el acierto y completa razón de Garcilaso contra pieza en asunto tan esencial como el orden y rumbo de las conquistas incaicas; y que las leyendas de los milagros cristianos de la Cruz, la Virgen y Santiago, cuando la Conquista y el cerco del Cuzco, por las que tanto se ha decantado y fustigado la excepcional credulidad de nuestro autor, hubieron de estar uniformemente difundidas en el Perú de entonces, pues las traen otros muchos cronistas, y en especial el recientemente hallado Huaman Poma de Ayala.41 Lo curioso es que la implacable excomunión critica de Garcilaso provino de muy contrarios motivos, y en mucha parte antitéticos y de… (“Introducción”, p. xxxiii).