Cinco farsas breves sequidas de “Así que pasan cinco años”
Categories: Spanish Peninsular Theatre
El día de los Reyes Magos en 1923, en su casa de Granada, Federico Garcia Lorca dio una función de títeres dedicada a los niños. El poeta intervino no sólo como autor de una de las farsas representadas, sino también moviendo los muñecos del teatrillo y pintando los decorados. Manuel de Falla tuvo a su cargo la preparación y ejecución al piano de la parte musical. De aquel teatrillo de títeres arranca originariamente la vocación dramática de Federico Garcia Lorca. Aunque la farsa representada entonces se haya perdido, nos quedan otras que reflejan igualmente un aspecto importante del espíritu lorquiano, el más ligado a su raíz folklórica andaluza.
Figura central de tales farsas es un personaje de la más pura estirpe guiñolesca, Don Cristóbal, Cristobica o Cristobita. Conocíamos ya el Retablillo de Don Cristóbal, pero posteriormente ha sido descubierto el texto de otra farsa similar,
Los títeres de Cachiporra queda ahora incorporado a este volumen, el cual se enriquece también con otras tres breves farsas, hasta hoy inéditas en libro: La doncella, el marinero y el estudiante,
El paseo de Buster Keaton y Quimera, cuyo valor y características analiza Guillermo de Torre en el prólogo. Completando este volumen, y por la relación que ofrece con estas últimas pequeñas obras, incluimos asimismo Así que pasen cinco años.