Antología de la nueva poesía española

Llega a su cuarta edición la Antología de la nueva poesía española que ha reunido y cuidado José Luis Cano. Ya se sabe que toda antología, y en particular la dedicada a escritores actuales, es tarea espinosa, más sujeta muchas veces a dicterios que a alabanzas («ingrata y delicada» la llama el mismo colector). Pero si nuestra palabra vale algo, apresurémonos a señalar que se trata de una obra que revela la mano del experto en estas lides: objetiva, de amplísimo criterio, planeada con tino y sensibilidad. José Luis Cano tiene de sobra acreditada su excelencia no sólo como poeta, sino como crítico literario, además de que, desde hace bastantes años, viene realizando una magnífica labor en lo que se refiere al descubrimiento y difusión de nuevos valores. Pocas manos, pues, mejores que las suyas para conducir esta tarea.

Abarca la Antología desde 1936 hasta nuestros días, es decir, la poesía más cercana a nosotros. Empieza con Miguel Hernández, fuerte padre apasionado de tantos vástagos de nuestra posguerra, y acaba con los jóvenes que hoy despuntan. Cada poeta va encuadrado por una nota bibliográfica rigurosamente puesta al día. En su prólogo señala José Luis Cano la distinta fortuna que han corrido otros intentos de selección semejante y especifica los cambios de orientación estética ocurridos a lo largo de dicho período. Todos ellos podríamos reducirlos –sintetizando mucho: son los años 50, 60- a uno solo: los nuevos poetas rehuyen las tendencias esteticistas y minoritarias. Quieren que sus versos lleguen al corazón de muchos lectores, fuera ya del círculo de los entendidos, y para ellos buscan una poesía más sencilla de palabra y forma, más directa, más solidariamente humana y hasta más realista, lo mismo que unos temas de resonancia social y cotidiana. Se trata, pues, de una verdadera revolución dentro del clima poético español, la cual se encuentra prefigurada, no hay que olvidarlo, en la obra de los grandes poetas de otra generación: Dámaso Alonso y Vicente Aleixandre. Caracteriza a la época antologizada el alto nivel medio de sus representantes.

Desde casi el primer momento nos depara esta antología una emocionante, gran sorpresa: la incorporación de poetas españoles des destierro cuya producción resultaba aquí poco o nada conocida. No, ya no podemos seguir dejando fuera obras que son tan nuestras, obras escritas con añoranza y con dolor.