2058, en la corte de eutopia

Una contratapa se escribe con habilidad para convencer el lector (o cliente) para que compre el libro que tiene en sus manos, que tanto puede ser un nuevo Ulises, como un heredero de Borges o Cortázar o una revelación, la más importante del siglo. Sin embargo, a pesar de todas las opiniones (las opiniones en opiniones quedan), el escritor nunca conoce la calidad de lo que escribe. A veces la obra es muy superior a lo que cree, como en el caso de Cervantes con el Quijote, muy inferior; como es el caso de la mayoría. Pero se sabe que la mayoría, en un sistema democrático, siempre tiene la razón.

Aquí se trata de una novela que cuenta una historia sobre el futuro. El argumento es muy simple: un mediodía un escritor de la moyoría, es invitado a un Banquete para celebrar el Centésimo Aniversario de la Comunidad de Eutopía, año 2058. Es la oportunidad de su vida para figurar en el tinglado internacional. Y para allí parte, guiado por un lacayo. En el Banquete, además de los Capitostes de la Comunidad y los Super Grandes Escritores, participan unos cuatrocientos escritores y artistas de diferentes especialidades. El desarrollo del Banquete, entre discursos (aburridos como lo son todos, pero animados por la pluma magistral del autor de la novela y las bellas Valkirias y las dinámicas cheer leaders), La Conversación Kulta, Refrigerio y Side Walk sale, La Visita a los Héroes y el Banquete propiamente dicho, dura hasta la medianoche, El Fin, o una eternidad. El Apéndice es gentileza del Editor.

El autor se basó en una frase de Roa Bastos: “No vale la pena escribir si no se escribe en contra”. Y, ubicando su historia en el futuro, escribió contra las novelas sobre el pasado, en las que, gracias al milagro de las palabras (“Al principio fue el verbo”) se resucita a los muertos que nos asaltan como fantasmas. Pero, ay, tal vez el tiro le salió por la culata. Ante un terremoto nada se puede hacer y a lo mejor el espíritu de la época, la moda, lo haya penetrado más de lo que piensa. Quizás su historia no sea tan lejana como se lo imagina, quizás se ubique a la vuelta de la esquina y lo que creyó seres humanos del futuro, no son más que los fantasmas del presente, incluido él y el lector.